Hombres evolucionados
No hace mucho, la conocida psicóloga y periodista española Rosetta Forner acuñó el término “metroemocional” para referirse a un nuevo tipo de hombre heterosexual. Una especie evolucionada, un ideal de compañero para el siglo XXI, ubicado en las antípodas del “metrosexual” nacido en los 90 -narcisista, consumidor compulsivo- y también, obviamente, del clásico machista de siempre.
El “metroemocional” posee, ante todo, una gran capacidad de amar. Pero amar con mayúsculas… Fundamentalmente, porque aprecia que una mujer sea libre e independiente, y respeta siempre su opinión. Habla de sus emociones, y es abierto, amable, sensible, cariñoso, tierno, tolerante, atento y colaborador. Es decir, posee aquellos rasgos que suelen atribuirse -como un prejuicio positivo- a la condición femenina, características “yin”.
Forner señala que este hombre disfruta jugando con sus hijos, habla bien de sus padres y no critica -en caso de tenerla- a su ex mujer. Tampoco separa conductas y actitudes en términos de “masculino” y “femenino”. Partidario de la igualdad, no siente la necesidad de ponerse por encima de las mujeres. Y esto es, en buena medida, porque no les teme. De hecho le encantan las mujeres inteligentes y no se encandila con las que centran todo su valor en lo físico.
A los “metroemocionales” les gusta viajar solos. Y es que no le tienen miedo a la soledad: la prefieren antes que vivir una relación falsa. Por lo mismo, no están intentando seducir a todas ni utilizan el romance como medio para conseguir sexo. Tampoco se las dan de “rescatadores” de princesas atrapadas. Quieren ser amados por lo que son, no por lo que tienen.
¿Algo más? Son los líderes de su propia vida… O sea, no hacen nada que no quieran hacer, de lo que no estén realmente convencidos. Con carácter decidido, buscan la coherencia entre el decir, el actuar y el sentir.
Con su pareja comparten la corresponsabilidad de lo que ocurre en el vínculo. Y si cometen un error, no dudarán en asumirlo. El “metroemocional” es consciente de que las relaciones se construyen un poco cada día, y de que la confianza y la amistad son la clave.
Acaso el perfil que presenta Forner resulte bastante utópico: hombres dotados de esas características, todas juntas, parecen muy difíciles de encontrar. Sin embargo, la descripción ofrece una buena guía para repensar la masculinidad.
