Gloriosos segundos
La búsqueda del orgasmo
ha sido uno de los móviles más acuciantes del comportamiento humano a lo largo
de la historia. Este insaciable deseo ha sido fuente de inspiración para la
poesía, las novelas, la música, el teatro, el cine, la arquitectura y el arte
en general. La urgencia por esos gloriosos y breves segundos ha formado y
destruido matrimonios y dinastías, y ha ocasionado también perjuicios en la
salud, a través de la transmisión de enfermedades e infecciones. Si hasta gente
“inesperada” ha venido al mundo por culpa de este anhelo universal.
Sin embargo -como
plantea Jonathan Margolis en su libro O:
la historia íntima del orgasmo-: “en términos objetivos, no importa cuán
grande, poderoso y asombroso parezca, cuán excitante y apasionado resulte el
período previo, y cuán cálido y satisfactorio sea el valioso ‘después’, tanto
el orgasmo masculino como el femenino son, de hecho, un suceso relativamente
menor”.
En efecto, incluso
cuando las personas practican el sexo en forma frecuente y regular, la
capacidad de lograr un orgasmo como mecanismo de vida duradera, casi no alcanza
el mismo nivel de, por ejemplo, la digestión o la visión. Y es que en buena
medida el clímax es, desde el punto de vista físico, poco más que un éxito
aislado. Hagamos cuentas: considerando que dura en promedio diez segundos y si
calculamos una frecuencia media de dos actos sexuales semanales… la mayoría de
los seres humanos experimentan sólo veinte segundos de orgasmo por semana, poco
más de un minuto por mes, es decir, un total de unos quince o dieciséis minutos
de éxtasis por año.
Y si, con cierto
optimismo, estimamos una vida sexual activa de alrededor de cincuenta años,
diremos que los seres humanos disfrutamos de algo así como trece horas de
orgasmo en la vida. Veinte o treinta para los precoces, los veteranos
apasionados y/o los que se masturban con frecuencia. De ahí que Margolis
ironiza: “Incluso treinta horas de placer resultan muy poco a cambio de todo el
esfuerzo realizado, si calculamos el tiempo que pasamos pensando,
preocupándonos, preparándonos y analizando el sexo y nuestro rendimiento”.