06 Ago 2016
1

Madre sexi

Tradicionalmente la maternidad ha sido considerada de algún modo incompatible con una vida sexual plena y gozosa (y hasta con una vida sexual a secas, para algunos extremistas). Esta creencia se fundamenta no sólo en cierta visión religiosa sino, además, en una concepción dicotómica –y desde luego, machista- incapaz de integrar en la misma mujer los roles de madre y de objeto -y sujeto- de deseo sexual. De hecho, con este argumento se justificaron, durante siglos, las infidelidades masculinas: con otras mujeres –llegado el caso, hasta con prostitutas- los hombres podían gozar de prácticas que sentían inapropiadas con la madre o futura madre de sus hijos. 

Sin duda, uno de los tantos ejemplos que revelan hasta qué punto el tabú, la culpa y la vergüenza han impregnado la sexualidad.

Si bien algo de esta disociación madre/mujer aún persiste en nuestra cultura, el escenario se ha modificado ostensiblemente. Hoy no es común que una mujer se niegue a disfrutar, seducir, desear y ser deseada, por el simple hecho de haber tenido hijos. Por el contrario, son muchas las que se ven –y se sienten- más atractivas que nunca. 

“¡Es una milf!”

El término “milf” alcanzó popularidad con la película “American pie”. Uno de sus personajes califica así a una mujer madura (la famosa “mamá de Stifler”, interpretada por Jennifer Coolidge). La palabra es un acrónimo de la frase: mom I’d like to fuck, es decir “madre con la me que gustaría tener sexo”, y se usa para designar a mujeres mayores que, dado su aspecto y estilo personal, resultan atractivas para hombres con edad de ser sus hijos. La categoría de “milf” tiene más que ver con la edad que con la maternidad: una mujer joven, aunque sea madre, no es una “milf”. Lo que cuenta es tener años suficientes como para ser madre de quien utiliza la expresión.

Dejando de lado a las celebrities, que siempre han gozado de prerrogativas -en su momento, Demi Moore y un joven Ashton Kutcher; Madonna y sus tantos novios o, en nuestra farándula, Viviana Saccone y su partener de 25 años-, las relaciones entre mujeres maduras y hombres jóvenes no han tenido la misma aceptación que la ecuación inversa. A nuestra cultura aún le cuesta aceptar que la mujer ocupe el lugar de más poder en una relación.

Comentarios

Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.