Mujeres de 40

28 May 2016
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Penélope Cruz

“A partir de mañana empezaré a vivir la mitad de mi vida, a partir de mañana empezaré a morir la mitad de mi muerte”… así comenzaba una canción, ya bastante vieja, de Alberto Cortéz. Se decía que la había escrito al cumplir los 40. Y es que, si bien todo cambio de década tiene algo de paradigmático, llegar a la cuarta acentúa de un modo especial la sensación de estar dando un paso vital, de dejar atrás una etapa. Y en consecuencia de iniciar otra, nueva y diferente, que nos interpela como nunca antes. Por algo los investigadores ubicaron alrededor de estos años la famosa “crisis de la mediana edad” (o “crisis de la mitad de la vida”). ¿Cómo no sentir el cimbronazo de empezar a vislumbrar la otra orilla?

Respecto de las mujeres, se ha dicho que por esa época experimentan una “segunda adolescencia”. En un sentido biológico, esto se relaciona con el sacudón hormonal que sobrevendrá con la llegada de la menopausia. Una fecha de vencimiento que aparece en el horizonte, y que en algunas genera un gran malestar. No es sólo el caso de las que, deseándolo, no han podido –por diferentes motivos- tener hijos. También entre las que ya los tienen o no quieren ser madres puede experimentarse una suerte de duelo. ¿Por qué? Porque en muchas persiste el prejuicio de que el cese de la capacidad reproductiva le resta femineidad a una mujer. Como si la volviera menos vigente, eróticamente hablando. 

Aunque este enfoque ha perdido la fuerza de otras épocas, es un hecho que no ha desaparecido: “cuarentona” es una expresión con tintes peyorativos que todavía suele escucharse.

Los nuevos 40

Por suerte, desde hace un buen tiempo que el pasar esta barrera se ha resignificado, despojándose de los viejos estigmas. Por el contrario, hoy es común que una mujer que transita estas edades confiese sentirse mejor que nunca. Más segura de sí misma, emocionalmente más estable, con más ganas de emprender proyectos y plantearse nuevos desafíos.

Por otra parte, no es raro que estas mujeres tomen por primera vez real conciencia de la importancia que tiene aquello de “cuidarse”: cuerpo, mente, espíritu. Actividad física, mejor alimentación, productos de belleza, quizás alguna cirugía… pero también: terapia, aceptación, verdaderas amigas (y amigos), una mayor curiosidad y una renovada búsqueda de aproximación a lo trascendente. Más de una se replanteará todo lo que ha construido: pareja, amistades, profesión... ¿Cómo quiero vivir mi vida?, es una pregunta que se harán muchas. 

De algún modo se presenta con fuerza la posibilidad de vivir de forma más genuina, de estar más en el “ser” que en el “parecer”. Y aquí radica en gran medida el sentido de la famosa sentencia que dice que “la vida empieza a los 40”.

¿Y el sexo?

Diferentes encuestas revelan que casi todas las mujeres a partir de los 40 confiesan disfrutar más que antes del sexo. Probablemente por haberse liberado de represiones, prejuicios, complejos y tabúes. Muchas se sienten, de hecho, más atractivas que a los 20 o a los 30. Son las mismas que enriquecen sus fantasías, muestran una mayor disposición a jugar y a innovar, y se atreven a ser más creativas y espontáneas en los encuentros. Por eso no es raro que la mayoría de estas mujeres experimenten un incremento en su deseo y que tengan, en consecuencia, más sexo.

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Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.