A la hora de conquistar...

23 Abr 2016
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A la hora de conquistar...

La personas que no están comprometidas suelen comentarlo: la mayoría de las veces que salen entre amigos/as para conocer gente -a un boliche, a una fiesta, a un bar-, terminan la noche con una sensación decepcionante. “No hay hombres”, “siempre lo mismo”, “las mujeres son unas histéricas”, “los hombres son unos histéricos”… son las típicas sentencias. Tan universal resulta este fenómeno de los adultos jóvenes “frustrados”, que se han realizado numerosas investigaciones para desentrañar aquello que se pone en juego a la hora de la conquista. A algunas de ellas se refiere el divulgador científico Pere Estupinyà en su libro “La ciencia del sexo”.

Mejor con una amiga

Un amplio estudio hecho por un psicólogo evolutivo entre casi mil participantes heterosexuales reveló que los hombres evaluaban a las mujeres como menos atractivas si éstas iban acompañadas por un hombre. Se sentían, en cambio, más interesados por las que estaban con otra mujer. Este dato no es demasiado sorprendente. Lo curioso -por simétrico- fue lo que ocurría con las chicas: ellas también se sentían más atraídas por los que se presentaban junto a una mujer (y no tanto por los que estaban con un amigo). Por eso, la recomendación para ambos sexos -siempre que salgan en tren de “enganche”- es optar por la compañía femenina.

Tips para ellas

Pero los investigadores le añaden a las mujeres algunos otros consejos: el primero -bastante cruel- es que la compañera de ruedo debe ser un poquito menos atractiva, de manera que la propia belleza reciba un refuerzo extra. Una segunda advertencia es que, por muy divertido que sea salir en patota, no es lo más conveniente. ¿Por qué? Ocurre que a veces se genera cierta competencia y las menos afortunadas pueden boicotear inconscientemente la conquista ajena. Por otra parte, los varones suelen encontrar intimidantes los grandes grupos de mujeres: sólo si están muy interesados se decidirán a acometer. Es más probable que lo hagan -con apoyo logístico- si se trata de dos o tres chicas.

Personalidades lindas

Diferentes estudios revelan que nuestra valoración del aspecto físico de los otros es mucho más indulgente cuando se trata de personalidades extrovertidas, emocionalmente estables, generosas o alegres. Si, por el contrario, estamos frente a alguien neurótico, demasiado introvertido, egoísta o triste tenderemos a ponernos más exigentes con su apariencia.

Lo que sí nos vuelve benévolos a la hora de estimar la belleza ajena es el alcohol: mientras más bebemos, más lindo nos parece quien tenemos delante (esto explica, en parte, por qué en el final de fiesta los candidatos se multiplican). Ocurre que las bebidas espirituosas disminuyen la agudeza visual: se perciben menos imperfecciones físicas y se potencian los atractivos. Este efecto, según se ha demostrado, dura varias horas. De manera que, si salimos a la calle una mañana de resaca, es probable que la distorsión continúe y las personas sigan pareciéndonos ligeramente más lindas de lo que en realidad son.

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Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.