Sexo y actividad física

07 Nov 2015
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runningplus.es

Los beneficios de hacer ejercicio físico en forma regular han sido ampliamente comprobados. Por eso -aunque sin llegar a extremos que provoquen un desgaste excesivo- caminar, correr, bailar, andar en bicicleta o hacer algún deporte, son hábitos que todos debiéramos incorporar. La actividad física mejora el estado muscular y cardiorrespiratorio; reduce los riesgos de padecer hipertensión, cardiopatías coronarias y accidentes cerebro vasculares. Además, nos hace menos proclives a enfermar de diabetes, depresión y algunos tipos de cáncer.

Tiene efectos positivos sobre la salud ósea y funcional y reduce el riesgo de caídas y de fracturas vertebrales o de cadera (y asegura una más pronta y mejor recuperación de ocurrir un accidente de este tipo). Mantenerse activo resulta fundamental para descansar bien por las noches, mantener un equilibrio energético y controlar adecuadamente nuestro peso. Por todas estas razones, no es extraño que incorporar el ejercicio a la rutina semanal tenga consecuencias más que deseables sobre nuestra vida sexual.

Numerosos estudios han asociado el sedentarismo con un mayor riesgo de sufrir disfunciones sexuales. Eso no es nada nuevo. Sin embargo, investigaciones recientes dieron otra vuelta de tuerca al comprobar -en una significativa muestra de hombres de entre 18 y 40 años- que aquellos que practicaban deportes y estaban en buen estado físico, tenían erecciones más “rígidas” y declaraban tener más satisfacción en sus encuentros sexuales que el grupo menos deportista. No es que hubiera diferencias en relación a la libido (el nivel de deseo sexual era similar); al parecer, lo que mejoraba notablemente eran las fases siguientes de la respuesta sexual. Al respecto, otras investigaciones han concluido que los hombres de mediana edad que empiezan a entrenar de manera regular disminuyen en un setenta por ciento las chances de tener dificultades sexuales. Sin dudas, una cifra de lo más estimulante.

Otro tanto puede decirse con respecto a las mujeres. En primer lugar, son muchos los estudios que vinculan la satisfacción sexual femenina –también la masculina, aunque en menor medida- con la percepción de la propia imagen corporal (la cual, como es lógico, suele mejorar con la actividad física). Pero también hay motivos de orden fisiológico: la gimnasia mejora la circulación sanguínea en los genitales femeninos y aumenta los niveles hormonales relacionados con la excitación. Asimismo, se ha registrado un mayor deseo y una mejor respuesta sexual entre las que no dejan que la pereza les gane. La activación del sistema nervioso simpático –implicado en la respuesta orgásmica- también se ve facilitada con estas costumbres.

Tener la disciplina de hacer varias veces por semana algún tipo de ejercicio físico –el que sea, preferentemente uno que lleguemos a disfrutar y que podamos sostener- constituye un gran antídoto contra el estrés, uno de los principales factores que afectan la vida sexual.

Por último, se dice que quien practica un deporte o se ejercita a diario, aumenta sus posibilidades de gozar de todas las cosas buenas que tiene la vida.


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Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.