17 Oct 2015
1

pezcuello.com

El sexo casual, ocasional o “sin compromiso” se refiere a aquellos encuentros sexuales, por lo general no planeados, que se producen sin que ninguna de las partes tenga la más mínima intención de empezar una relación amorosa, y cuyo único objetivo es la búsqueda de placer sexual.

Históricamente, con el advenimiento de la Edad Media y el gran poder que adquirió a partir de entonces la religión como institución social, las prácticas sexuales no orientadas a la procreación fueron condenadas y consideradas “actos impuros” (sobre todo si eran cometidos por mujeres) que, como tales, merecían el castigo divino. Quizás por eso, y a pesar de que las cosas cambiaron mucho desde entonces, hasta el día de hoy el sexo ocasional guarda el estigma de lo vergonzante y de lo prohibido.

Una cultura

El antropólogo y biólogo evolutivo, Justin R. Garcia, del Instituto Kinsey, es uno de los que más ha investigado el fenómeno del sexo casual, conocido en Estados Unidos como la hookup culture (expresión que equivale a “cultura del polvo” o “cultura del rollo”). Aunque, desde luego, no se trata de algo nuevo, Garcia asegura que la normalización y el aumento de esta clase de contactos entre los jóvenes, es uno de los cambios recientes más notorios en el comportamiento sexual en las sociedades occidentales. Al parecer, este hecho se ve favorecido, en primer lugar, porque se ha extendido enormemente el tiempo entre la pubertad y la edad en que las personas se sienten preparadas para comprometerse en una relación estable (más aún si la misma incluye tener hijos). Por diferentes motivos –incluidos los socioeconómicos- cada vez más jóvenes prefieren postergar la formación de una pareja “en serio”, sin dejar por ello de disfrutar del sexo en sus años de mayor energía.

Pero según Garcia, el factor realmente decisivo para el aumento de la hookup culture es su creciente aceptación social en los medios de comunicación masiva y en la cultura popular: el cine, las revistas, las publicidades, las series de televisión, los reality shows, entre otros, muestran al sexo sin compromiso como algo frecuente, inofensivo, positivo y deseable. Y este sí es un cambio significativo respecto a décadas anteriores.

Por supuesto que estos mensajes mediáticos generan confusión y conflicto cuando se contradicen con otros, también condicionantes, que provienen de voces más conservadoras. Al respecto, mientras algunos celebran que en la actualidad se conciba el sexo recreativo como algo absolutamente normal y saludable, otros creen que se trata de una manifestación más de la superficialidad, el individualismo, el consumismo y la soledad imperantes en nuestra sociedad.

Más que sexo

Una de las conclusiones más notables a las que arribó Garcia con su estudio, es que con el sexo casual, contrario a lo que supuestamente éste promueve, se suele buscar algo más que sexo. Al respecto, en las numerosas entrevistas realizadas a jóvenes, un alto porcentaje confesó preferir una relación romántica tradicional a una sexual sin ataduras. Por otra parte, muchos reconocían que luego de su último “ligue” fortuito estaban esperando que el asunto evolucionara hacia algo más comprometido. Además, al indagar acerca de las motivaciones de estas conductas figuraba no sólo la gratificación física, sino también la satisfacción de necesidades emocionales y el deseo de iniciar una relación romántica. Otro dato interesante es que no se registraron diferencias significativas entre géneros, lo cual indica que las actitudes frente a este tema en hombres y mujeres son más cercanas de lo que por lo general se piensa.

Comentarios

Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.