Parejas abiertas

08 Ago 2015
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mifelicidad.info

En el vasto universo de la experimentación sexual, las “parejas abiertas” representan una de sus variantes más transgresoras y por eso mismo cuestionadas. Este particular acuerdo consiste en darse la posibilidad de tener relaciones sexuales fuera de la pareja, sin considerarlo una infidelidad. Una especie de monogamia con cláusula de excepción, que interpela con fuerza el paradigma clásico de los vínculos amorosos estables y comprometidos. 

Aunque muchos lo consideren absurdo y contradictorio, los defensores de este modus vivendi declaran que el rasgo que los sostiene está dado, justamente, por una comunicación honesta. Consideran infidelidad al hecho de ocultar y no al de tener sexo con otra persona. 

El acuerdo puede incluir, a su vez, ciertas particularidades, en función de las preferencias y códigos de los involucrados: algunos se sienten cómodos al compartir con total sinceridad la experiencia, mientras que otros eligen no conocer los detalles. Están los que quieren saber lo que va a pasar con anticipación y también los que se fijan plazos más laxos para hacer sus revelaciones.

Estos curiosos pactos no son del todo ajenos a las parejas tradicionales. Muchos matrimonios –o convivientes- tienen un arreglo tácito por el cual uno de ellos o ambos puede/n tener sexo fuera de casa, siempre y cuando lo haga/n con la suficiente discreción e inteligencia como para que el otro –y “la gente”- no se entere. Por otra parte, como bien sabemos, lo que las personas hacen y dicen no necesariamente coincide: quienes aprueban el matrimonio abierto a veces no lo llevan a cabo, mientras que varios de sus detractores lo practican con gran entusiasmo.

Como es evidente, semejante apertura no es para cualquiera. Incluso los que se atreven a lanzarse sin prejuicios, no siempre pueden librarse del lado oscuro del asunto: celos, inseguridades, culpa, rechazo y hasta disfunciones sexuales. Sin nombrar el peligro que corren todas las parejas cuando hay sexo externo: el desapego erótico respecto del compañero/a, de modo tal que la casa se vuelva un lugar sin sexo. 

A propósito de este tema, Marshall Brickman, nada menos que el co-guionista de Woody Allen en muchas de sus películas, ironizaba: “Un matrimonio abierto es la manera que la naturaleza tiene para contarle que usted necesita un divorcio”.

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Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.