Silencio en la sala...

02 Mar 2015
1

Silencio por favor....

El silencio es una herramienta de comunicación extraordinaria y por ello también se utiliza en mediación. Hay silencios que hacen el trabajo por el mediador. 

Un gran desafío es advertir la presencia del silencio; interpretar sus mensajes y disfrutarlo (sacarle sus frutos). Durante nuestras conversaciones siempre hay un "algo" que sostiene a los sonidos, un "algo" que permite la existencia de la palabra. Abunda en el inicio, en el durante y al final de un diálogo. Es como una especie de tela en blanco que soporta (contiene) los paisajes que co-creamos en nuestros diálogos.

Cuando inicié el camino de mediar, advertí que no había prestado suficiente atención al silencio. Es más, descubrí que había algunos que me resultaban insoportables. Hoy creo en su valor y puedo, de a poco, aprovecharlo y reconocerlo como un misterioso principio. (el sonido como la excepción) 

Hay silencios famosos:

El de Bruto, por ejemplo, que prosiguió a las preguntas de César:

"Oye, Bruto, ese puñal no será para asesinarme, ¿no?"

"¿Tú también, Bruto?"

El de los generales de Napoleón cuando éste les preguntó en Whaterloo:

"¿Creéis que ganaremos?"

El de Jesús ante la pregunta de Poncio Pilato: 

"¿Cúal es la verdad?" (Jn 18:38)  

El eterno silencio del Buda. Un filósofo le preguntó una vez: "¿Podría decir la verdad sin usar palabras y sin dejar de usarlas? y el Buda permaneció en silencio...

Pitágoras lo definió:"Si se os pregunta: ¿qué es el silencio?, responded: la primera piedra del templo de la filosofía."   

En la música, el silencio, recibe el mismo tratamiento que las notas. Se lo considera una nota que no se ejecuta y tiene su propia simbolgía. "El silencio, como la Naturaleza, es incansable e invencible: por más grandiosamente que ejecutemos un sonido, el silencio le invadirá y lo cubrirá inexorablemente. (...) Sin el silencio, no podría haber música. (Maconie 1990). Agrego que sin el silencio no podría haber nada. 

Durante los procesos de mediación existen espacios en donde es necesario respetar el momento del silencio o momentos en que es necesario respetar su espacio.

En nuestras salas hay muchos silencios. Los hay amenazantes que buscan silenciar al otro. Son silencios que buscan silencio. Hay silencios que aparecen porque las emociones impiden las palabras; son silencios que nos atrapan e imposibles de romper. Hay silencios que nacen de la necesidad del análisis; son silencios reflexivos y provocados. Hay silencios enfáticos que están antes o después de las frases y que las hacen notar como la "negrita" del word. Hay otros que son convexos; en ellos las cosas resbalan y son rechazadas. Otros en cambio son cóncavos; allí las cosas se alojan y son recibidas. Hay otros que enseñan; eran los preferidos de mi padre.

El mediador como los mediados, experimentamos todos estos silencios y nuestro gran desafío es encontrar el que necesita cada momento intentando siempre recibir, contener y esperar en él la respuesta a una pregunta novedosa.

El silencio es seguro y es una garantía porque es siempre elocuente. Aún así, según la tradición Taoísta, nuestra mente tiende a evitarlo porque no tiene límites ni forma y no se puede definir. Es por ello que intentamos llenarlo ante la desesperación que nos nace de la incertidumbre de su misterio. Es por ello que muchos oradores para huir de él dicen: "esteeeeemmmm"

Hay quienes le temen. "El temor al silencio no es nuevo. El silencio rodea al oscuro mundo de la muerte. Algunas veces el silencio del vasto universo se cierne sobre nosotros envolviéndonos. Hay silencio en el nacimiento y en el quieto retorno a la tierra. ¿No ha sido el arte la rebelión de la criatura humana contra el silencio? Poesía y música nacieron cuando el hombre profirió un sonido, resistiendo al silencio...." (Takemitsu) 

Según las tradiciones sagradas los misterios más profundos se han revelado en el silencio. Por esto y por lo otro es que el silencio es una valiosa herramienta de mediación que nos permite revelar el misterio del conflicto y de las partes implicadas.

Los invito a reconocer y a aprovechar el poder del silencio para unirnos a nosotros mismos y a los demás.

Intente estar en silencio (exterior e interior) durante tres minutos todos los días...¿Cree que es fácil?

Pruebe y podrá gozar de los beneficios del silencio en la sala...


¡Hasta la próxima! 

  




Comentarios