Fondos Buitres o Holdouts. La Novela. Parte II

01 Ago 2014
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Infidencia

Al salir del edificio los pasos del mediador fueron sorpresivamente interrumpidos por varios periodistas que empezaron a dispararle: ¿Cómo ha sido la audiencia? ¿Han acordado ? ¿Quiénes estaban? ¿Ud. que hizo? ¿Cobrarán? ¿Pagarán?... El mediador, confundido, intentó responderles, pero balbuceó sin decir nada; sintió un leve mareo y luego, sin ser dueño de sus palabras, expresó:  “La cesación de pagos de Argentina es inminente”; una inmediata y fría sensación lo hizo temblar; los flashes no le permitieron ver y las voces le impidieron escuchar sus propias  palabras. El mediador se abrió entre los reporteros, que no dejaban de lanzarle preguntas; caminó dos calles sin pensar y luego intentó, en vano, recordar su declaración. Aquella noche apenas pudo dormir.

Al día siguiente, durante el desayuno, abrió el diario y en la primera plana pudo ver su rostro debajo de un titular que, con grandes letras, rezaba: “Mediador anuncia default”.

La nota informaba que las negociaciones entre los representantes de la Argentina y de los tenedores de títulos habían fracasado, que no había prosperado una compra de deuda por parte de banqueros privados y que había sido el mediador el primero en anunciar la cesación de pagos de la Argentina.

Dejó el diario sobre la mesa y sin que las invoque, comenzaron a llegarle imágenes que venían de cuatro décadas atrás cuando había llevado a cabo su primera audiencia de mediación. El caso se trataba de unos vecinos que discutían sobre una medianera. Pudo verse caminando de un lado al otro de su pequeña sala de reuniones. Recordaba que, con muchos nervios, solía repasar en voz alta dos grandes principios de la mediación: Neutralidad y confidencialidad…neutralidad y confidencialidad….neutralidad y confidencialidad….neutralidad….

Volvió a su taza de café y notó que se había enfriado. Repasó los últimos acontecimientos y desilusionado volvió a mirar su septuagenario rostro en la tapa del diario.

Su participación había sido decidida por un juez que tenía una opinión formada sobre el caso. No había salido de un sorteo o algo similar. Sin bien conocía el riesgo de esta circunstancia nunca pensó, a la hora de aceptar el cargo, que luego de su vasta experiencia pudiera llegar a verse comprometida su neutralidad. Estaba muy satisfecho por su actuación en la primera audiencia y consideraba que su neutralidad  había sido impecable; sin embargo su imparcialidad y su deber de confidencialidad habían sido cegados por los flashes de decenas de máquinas fotográficas. 

La frase: “La cesación de pagos de Argentina es inminente” resonaba en su cabeza una y otra vez. No sólo había violado el acuerdo de confidencialidad sino que, además, se había puesto del lado de una de las partes. Pensó en las posibles declaraciones que podría haber realizado, como por ejemplo:  “Los tenedores de bonos no dan el brazo a torcer” o “Los fondos son intransigentes”. Luego pensó en la única frase que debería haber salido de su boca en aquel momento: “La mediación es confidencial. Buenas tardes” 

Tomó bruscamente conciencia de su humanidad, de su fragilidad, de la influencia de su educación, de su cultura y de su contexto y advirtió, tardíamente, que el caso le exigía una neutralidad que no podía brindar. Instintivamente intentó justificarse: “El que debe tiene que pagar, ¿qué hubiera hecho un mediador Argentino?"

Esa mañana debía dictar un curso a jóvenes entusiastas de la mediación. Cuando llegó a la clase no se atrevió a mirar en los los ojos de los estudiantes ese misterioso brillo que, cuarenta años antes, habían irradiado los suyos...

¡Hasta la próxima!

*Este blog es continuación de ghttp://www.lagaceta.com.ar/blogs/mediador/600432/fondos-buitres-o-holdouts-novela.html

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