Salón del Cómic - Eduardo Risso
Eduardo Risso es dueño de uno de los estilos más
fácilmente reconocibles del cómic. Es tan personal que basta con ver solamente
una página suya para que reconozcamos su trabajo fácilmente. Este artista
evolucionó de una forma interesante, comenzó con un trazo muy virtuoso,
detallado, que desde entonces mostraba un gran dominio de las luces y sombras
en obras como Parque Chas. Rápidamente fue mutando hacia una síntesis que le
permite el lucimiento gráfico y que es muy efectiva a la hora de narrar, como en 100
Bullets. Gracias a este estilo, ha sido galardonado con un gran número de
premios internacionales: Dos Harvey, Cuatro Eisners con el guionista Brian
Azarello y un Yellow Kid.
Si bien ha abordado varios géneros, lo suyo es la construcción de bajos fondos
y los entornos sórdidos, cuya quintaescencia podemos ver en esa obra de culto
que lo catapultó a la fama, 100 Bullets o en sus colaboraciones en Batman. Sin
embargo, estos entornos no solamente aparecen cuando aborda el género negro. Es
capaz de darles esa personalidad incluso cuando son aventuras selváticas como
Fulú, de ciencia ficción como Spaceman o fantástico como Los misterios de la
luna roja. Sus entornos son lugares
peligrosos y atrapantes que hacen que su estilo sea único. Allí coloca a los personajes
de turno y si hay un buen guion, tenemos un éxito asegurado. En este sentido ha
tenido suerte, ya que ha colaborado con grandes guionistas como Ricardo
Barreiro, Carlos Trillo y el norteamericano Brian Azzarello. Estas
colaboraciones han sido duraderas y prolíficas, cosa que ayudaron a Risso a
tener esa estabilidad narrativa con la que pudo lograr esa evolución antes
mencionada.
Para no dejar de ilustrar ambientes
pesados, está trabajando en una historia de Torpedo junto a uno de sus
creadores, Enrique Sánchez Abulí. Este es un personaje amoral y carismático
típico del noir, que por alguna razón terminamos queriendo, a pesar de que sea
un canalla de película.
Obras recomendadas: Fulú, Borderline, Chicanos, 100 Bullets