Dc Salvat - Reseña de los diez títulos anunciados en Argentina

25 Ago 2016
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Estamos en una era en la que hay muy buenas colecciones de cómics en los quioscos de revistas. Gracias a éstas podemos conocer historias relevantes e icónicas de Marvel y Star Wars, entre otras cosas. Ahora llega el turno a Dc cómics de la mano de Editorial Salvat. En su Facebook oficial anunciaron los diez primeros números de la colección local. Por eso, aquí va una mini reseña de cada uno de ellos para que sepan lo que les espera leer.

Batman - Silencio
de Jeph Loeb &  Jim Lee: El boom de esta historia en su momento no fue argumental, sino por ser la primera maxiserie de Batman que ilustró Jim Lee.  Su estilo, que redefinió a los X-men en los noventa, se convirtió en uno de los máximos exponentes del cómic comercial de calidad, pero sus colaboraciones con Dc Cómics habían sido pocas. En Batman – Silencio, el guión de Loeb tiene un misterio que sirve principalmente para que Batman se cruce con gran parte de su repertorio de personajes y se luzcan a nivel gráfico. Hay un par de sorpresas, pero no son mayores. Es una saga para el lucimiento de un gran dibujante, Jim Lee.

Superman – Tierra 1 Vol. 1 de  J. Michael Straczynski y Shane Davis: Tengo que admitir que esperaba una historia diferente del guionista que hizo un estudio muy profundo de lo que es el súper héroe en Rising Stars y Supreme Power. En esta nueva revisión el fuerte está en una búsqueda de la forma en la que Clark Kent y Superman puedan encontrar su propio ser antes de mostrarse al mundo. Si bien no faltan villanos y acción, lo interesante de este cómic es lo interno en donde las frustraciones y los miedos se vuelven protagonistas. Claro que aquí están en otro nivel, porque el que busca su humanidad no es otro que Superman. Sinceramente, Straczynski me sorprendió, su apuesta buscó explorar sentimientos profundos y lo logró. 

Liga de la justicia – Torre de Babel de Mark Waid y Howard Porter: A mediados de los noventa salió el título JLA, era una versión épica de la liga que se convirtió en la quintaesencia del género superheróico de ese tiempo. Algunas historias pecaban de ser exageradas o incluso rebuscadas. Sin embargo, cuando salió Torre de Babel, la grandilocuencia que tenía JLA cambió por una sensación de derrota e incertidumbre. A los titanes los podían derrotar con un buen plan, el problema, es que ese plan estaba en unos archivos que habían robado a Batman. Con este elemento, Waid exploró con mucha maestría las relaciones humanas entre los héroes y cómo actúan en situaciones límites. Sin dudas una gran historia, que a diferencia de Silencio, deja mucho que desear en cuanto a dibujo.

Superman & Batman – Enemigos públicos de Jeph Loeb y Ed McGuinness: Esta serie representó lo más comercial de una era, las historias partían de premisas simples y por lo general enfrentaba a Batman y a Superman contra otros súper héroes de Dc o una galería importante de villanos. El argumento de Enemigos públicos se puede adivinar del título, Luthor, que por ese entonces era presidente, culpa a Superman por el asesinato de Metallo. Por ende, ofrece una recompensa a quién lo atrape, y como se imaginan, hay muchas escenas de pelea, acción en forma de catálogo de personajes de Dc. No tiene profundidad argumental, los giros no sorprenden, los personajes están muy mal caracterizados (excepto Superman y Batman) pero tengo que admitirlo, Enemigos públicos es divertido y el estilo de McGuinness ayuda a que se lea de un tirón.


Green Lantern – Origen Secreto de Geoff Johns e Ivan Reis: Es posible que el guionista de esta historia es el que mejor comprende a Hal Jordan. Origen secreto en realidad no aporta prácticamente nada nuevo al universo de Green Lantern, aquí hay mucho de las dos partes de Amanecer esmeralda, en donde se revisionó el origen del segundo linterna verde. También se alimenta de una historia corta de Alan Moore, En la noche más oscura, que después va a tener relevancia en otras sagas. La maestría de Johns no está en el qué, sino en cómo lo cuenta y en la forma en la que desarrolla la personalidad de Hal Jordan y cierra la boca a todos aquellos que dicen que es un personaje bidimensional. Esta historia es un gran punto de partida para iniciarse en Green Lantern o redescubrirlo en una de las mejores etapas que tuvieron los portadores del anillo.

Wonder Woman – El círculo de Gail Simone y Terry Dodson: La primera saga de Gail Simone supuso un desafío para la guionista. La serie estaba pasando por muchos altibajos a nivel guión y parecía que nadie iba a estar a la altura de lo que hizo Greg Rucka. En vez de hacer un reseteo u olvidar lo que otros guionistas habían hecho, hizo un ejercicio de retro continuidad y mientras recontaba el origen de Wonder Woman, introdujo elementos muy interesantes al mito del personaje. Lo bueno es que estos flashbacks se dan en medio de conflictos políticos internos de Themyscira y luego, con un tópico recurrente… la invasión de la isla.

Batman e Hijo de Grant Morrison y Andy Kubert: Hay guionistas cuyo talento les da el derecho de dejar que su ego aflore. Cuando a Grant Morrison le toca escribir algún cómic de personajes icónicos, busca la forma de que su etapa quede marcada como una de las más importantes o como una ruptura e incluso, apela a la controversia. Lo hizo muy bien en Animal Man, Doom Patrol y New X-men. Cuando llegó a Batman, el personaje necesitaba un cambio en su status quo que repercuta en todas sus series mensuales. El gran aporte fue Damian Wayne, el hijo biológico de Bruce Wayne. Para no terminar en baticulebrones, tomó la idea de la novela gráfia El Hijo del Demonio, en el que Bruce Wayne tenía un hijo (aunque no se enteraba) y ligaba a su vástago a la mitología de Ra's al Ghul. Sin dudas su llegada fue un gran aporte y un cambio que sacudió el batiuniverso. Hay un problema, después de que lean Batman e Hijo van a querer leer toda la etapa de Morrison. Para colmo los dibujos de Andy Kubert son sublimes.

Harley Quinn – Preludios y chistes malos de Karl Kesel y Terry Dodson: Me encanta cuando un título resume tan bien de lo que trata un cómic. Cuando Harley Quinn se incorporó al universo DC, había que hacerle algunos cambios con respecto a su contrapartida en la serie animada de Batman. Sin dudas, algo fundamental era explorar cómo iba a desarrollarse como personaje sin su “pudincito”, Joker, pero por supuesto, manteniendo el desenfreno que la caracteriza. El resultado terminó siendo una serie divertida y ligera con un desarrollo muy interesante de los personajes detrás de las máscaras. Lamentablemente con el pasar de los números perdió su chispa y se terminó volviendo un tanto pesada.

JLA – Año uno de Mark Waid y Barry Kitson: Cuando anunciaron esta maxiserie, prometían una vuelta a lo básico. En el caso de la Liga de la justicia eso podía ser un tanto peligroso y caer en lo ñoño y ridículo. Sin embargo, aquí nos damos con una historia en la que cinco súper héroes que recién están aprendiendo sobre sus poderes, tienen que interactuar con sus iguales en búsqueda del bien mayor. Lo interesante es que ese regreso a lo básico del que hablaba Waid era ahondar en lo humano, sus motivaciones e interacciones como grupo. Hay momentos de tensión, de amistad e incluso algunos cómicos dignos de una Sitcom. A su vez, mientras la historia avanza y tienen que enfrentar varios súper villanos clásicos, se cruzan con otros grupos de súper héroes como La Patrulla Condenada y Los investigadores de lo desconocido, que también tienen exaltado su lado humano. JLA año uno tiene un hilo conductor, una historia central que se desarrolla lentamente, número a número y nos presenta un villano que promete poner en jaque a la Liga. Waid no decepciona y los dos números definen lo que son los grupos de súper héroes desde lo épico. En cuanto al dibujo, Kitson destila mucha más fuerza que en otras obras suyas y se las arregla sin problemas para dar esos cambios de ritmo y de climas que la historia necesita. El resultado es uno de los mejores cómics de súper héroes de los noventa y una gran oportunidad para conocer a la Liga de la justicia clásica. 

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