Dc Salvat - Reseña de los diez títulos anunciados en Argentina
Estamos
en una era en la que hay muy buenas colecciones de cómics en los quioscos de
revistas. Gracias a éstas podemos conocer historias relevantes e icónicas de Marvel y Star Wars, entre otras cosas. Ahora llega el turno a Dc cómics de la mano de Editorial Salvat. En su Facebook oficial
anunciaron los diez primeros números de la colección local. Por eso, aquí va
una mini reseña de cada uno de ellos para que sepan lo que les espera leer.
Batman - Silencio de Jeph Loeb & Jim Lee: El boom de esta historia en su
momento no fue argumental, sino por ser la primera maxiserie de Batman que
ilustró Jim Lee. Su estilo, que
redefinió a los X-men en los noventa, se convirtió en uno de los máximos
exponentes del cómic comercial de calidad, pero sus colaboraciones con Dc
Cómics habían sido pocas. En Batman – Silencio, el guión de Loeb tiene un
misterio que sirve principalmente para que Batman se cruce con gran parte de su
repertorio de personajes y se luzcan a nivel gráfico. Hay un par de sorpresas,
pero no son mayores. Es una saga para el lucimiento de un gran dibujante, Jim
Lee.
Superman – Tierra 1 Vol. 1 de J. Michael Straczynski y Shane Davis: Tengo
que admitir que esperaba una historia diferente del guionista que hizo un
estudio muy profundo de lo que es el súper héroe en Rising Stars y Supreme
Power. En esta nueva revisión el fuerte está en una búsqueda de la forma en la
que Clark Kent y Superman puedan encontrar su propio ser antes de mostrarse al
mundo. Si bien no faltan villanos y acción, lo interesante de este cómic es lo
interno en donde las frustraciones y los miedos se vuelven protagonistas. Claro
que aquí están en otro nivel, porque el que busca su humanidad no es otro que
Superman. Sinceramente, Straczynski me sorprendió, su apuesta buscó explorar
sentimientos profundos y lo logró.
Liga de la justicia – Torre de Babel
de Mark Waid y Howard Porter: A mediados de los noventa salió el título JLA,
era una versión épica de la liga que se convirtió en la quintaesencia del
género superheróico de ese tiempo. Algunas historias pecaban de ser exageradas o
incluso rebuscadas. Sin embargo, cuando salió Torre de Babel, la
grandilocuencia que tenía JLA cambió por una sensación de derrota e
incertidumbre. A los titanes los podían derrotar con un buen plan, el problema,
es que ese plan estaba en unos archivos que habían robado a Batman. Con este
elemento, Waid exploró con mucha maestría las relaciones humanas entre los
héroes y cómo actúan en situaciones límites. Sin dudas una gran historia, que a
diferencia de Silencio, deja mucho que desear en cuanto a dibujo.
Superman & Batman – Enemigos
públicos de Jeph Loeb y Ed McGuinness: Esta serie representó lo más
comercial de una era, las historias partían de premisas simples y por lo
general enfrentaba a Batman y a Superman contra otros súper héroes de Dc o una
galería importante de villanos. El argumento de Enemigos públicos se puede
adivinar del título, Luthor, que por ese entonces era presidente, culpa a
Superman por el asesinato de Metallo. Por ende, ofrece una recompensa a quién
lo atrape, y como se imaginan, hay muchas escenas de pelea, acción en forma de
catálogo de personajes de Dc. No tiene profundidad argumental, los giros no
sorprenden, los personajes están muy mal caracterizados (excepto Superman y
Batman) pero tengo que admitirlo, Enemigos públicos es divertido y el estilo de
McGuinness ayuda a que se lea de un tirón.
Green Lantern – Origen Secreto de
Geoff Johns e Ivan Reis: Es posible que el guionista de esta historia es el que
mejor comprende a Hal Jordan. Origen secreto en realidad no aporta
prácticamente nada nuevo al universo de Green Lantern, aquí hay mucho de las
dos partes de Amanecer esmeralda, en donde se revisionó el origen del segundo
linterna verde. También se alimenta de una historia corta de Alan Moore, En la noche más oscura, que después va a
tener relevancia en otras sagas. La maestría de Johns no está en el qué, sino
en cómo lo cuenta y en la forma en la que desarrolla la personalidad de Hal
Jordan y cierra la boca a todos aquellos que dicen que es un personaje
bidimensional. Esta historia es un gran punto de partida para iniciarse en
Green Lantern o redescubrirlo en una de las mejores etapas que tuvieron los
portadores del anillo.
Wonder Woman – El círculo de Gail
Simone y Terry Dodson: La primera saga de Gail Simone supuso un desafío para la
guionista. La serie estaba pasando por muchos altibajos a nivel guión y parecía
que nadie iba a estar a la altura de lo que hizo Greg Rucka. En vez de hacer un
reseteo u olvidar lo que otros guionistas habían hecho, hizo un ejercicio de
retro continuidad y mientras recontaba el origen de Wonder Woman, introdujo
elementos muy interesantes al mito del personaje. Lo bueno es que estos
flashbacks se dan en medio de conflictos políticos internos de Themyscira y
luego, con un tópico recurrente… la invasión de la isla.
Batman e Hijo de Grant Morrison y Andy
Kubert: Hay guionistas cuyo talento les da el derecho de dejar que su ego
aflore. Cuando a Grant Morrison le toca escribir algún cómic de personajes
icónicos, busca la forma de que su etapa quede marcada como una de las más
importantes o como una ruptura e incluso, apela a la controversia. Lo hizo muy
bien en Animal Man, Doom Patrol y New X-men. Cuando llegó a Batman, el
personaje necesitaba un cambio en su status quo que repercuta en todas sus
series mensuales. El gran aporte fue Damian Wayne, el hijo biológico de Bruce
Wayne. Para no terminar en baticulebrones, tomó la idea de la novela gráfia El
Hijo del Demonio, en el que Bruce Wayne tenía un hijo (aunque no se enteraba) y
ligaba a su vástago a la mitología de Ra's al Ghul. Sin dudas su llegada fue un
gran aporte y un cambio que sacudió el batiuniverso. Hay un problema, después
de que lean Batman e Hijo van a querer leer toda la etapa de Morrison. Para
colmo los dibujos de Andy Kubert son sublimes.
Harley Quinn – Preludios y chistes malos
de Karl Kesel y Terry Dodson: Me encanta cuando un título resume tan bien de lo
que trata un cómic. Cuando Harley Quinn se incorporó al universo DC, había que
hacerle algunos cambios con respecto a su contrapartida en la serie animada de
Batman. Sin dudas, algo fundamental era explorar cómo iba a desarrollarse como
personaje sin su “pudincito”, Joker, pero por supuesto, manteniendo el
desenfreno que la caracteriza. El resultado terminó siendo una serie divertida
y ligera con un desarrollo muy interesante de los personajes detrás de las
máscaras. Lamentablemente con el pasar de los números perdió su chispa y se
terminó volviendo un tanto pesada.
JLA – Año uno de Mark Waid y Barry
Kitson: Cuando anunciaron esta maxiserie, prometían una vuelta a lo básico. En
el caso de la Liga de la justicia eso podía ser un tanto peligroso y caer en lo
ñoño y ridículo. Sin embargo, aquí nos damos con una historia en la que cinco súper
héroes que recién están aprendiendo sobre sus poderes, tienen que interactuar
con sus iguales en búsqueda del bien mayor. Lo interesante es que ese regreso a
lo básico del que hablaba Waid era ahondar en lo humano, sus motivaciones e
interacciones como grupo. Hay momentos de tensión, de amistad e incluso algunos
cómicos dignos de una Sitcom. A su vez, mientras la historia avanza y tienen
que enfrentar varios súper villanos clásicos, se cruzan con otros grupos de súper
héroes como La Patrulla Condenada y Los investigadores de lo desconocido, que
también tienen exaltado su lado humano. JLA año uno tiene un hilo conductor, una
historia central que se desarrolla lentamente, número a número y nos presenta
un villano que promete poner en jaque a la Liga. Waid no decepciona y los dos
números definen lo que son los grupos de súper héroes desde lo épico. En cuanto
al dibujo, Kitson destila mucha más fuerza que en otras obras suyas y se las
arregla sin problemas para dar esos cambios de ritmo y de climas que la
historia necesita. El resultado es uno de los mejores cómics de súper héroes de
los noventa y una gran oportunidad para conocer a la Liga de la justicia
clásica.