Esa vez que Daredevil venció a Ultrón con un palo

18 May 2015

El mundo del cómic de súper héroes es peculiar. Cada tanto llega un momento en el que a los guionistas se les ocurre una idea para romper con las fórmulas y de repente es un boom. Los fanáticos tienen algo nuevo que aplaudir, los artistas al fin se sienten artistas dentro de lo que les permiten las industrias culturales y las editoriales venden. Esos booms son buenos pero, lamentablemente, esas ideas novedosas se terminan convirtiendo en una nueva fórmula que exprimen hasta el hartazgo, por ejemplo las desgracias de los héroes que comenzaron con La Muerte de Superman. Otras veces es una apuesta tan novedosa y tan simple, que se da solamente una vez, cómo enfrentar a un personaje como Daredevil contra un villano muy duro de vencer, Ultrón, y que lo derrote con un palo. Sí, lectores, el palo vence a la tecnología.

Actos de venganza

 A finales de los ochenta, un artista estrella, John Byrne (también hay quienes dicen que fue Jim Shooter) tuvo la ocurrencia de enfrentar a los héroes de Marvel a villanos de otras colecciones pero con la idea de que sea una venganza contra los héroes por haber derrotado tantas veces a sus colegas. La saga Actos de Venganza fue un cambio de parejas de baile en todas las colecciones de Marvel. Algunos artistas tuvieron suerte. Héroes como Los X-men se adaptaban muy bien a los nuevos villanos y en otros casos la diferencia de poderes a favor de los héroes era motivo de risa como pasó en Los 4 Fantásticos. A la señora Ann Nocenti, que estaba a cargo de Daredevil le tocó nada más y nada menos que uno de los villanos más duros de vencer de Los Vengadores, el actual súper estrella, Ultrón. El androide era demasiado para Matt Murdock y ese enfrentamiento parecía destinado al fracaso. No fue algo que le simpatizó mucho a Nocenti, que como buena guionista progresista y feminista, decidió hacer quedar mal a Los Vengadores. Daredevil le arrancó la cabeza con un palo. (Daredevil 275 y 276 Usa. Estos números fueron publicados en español en el tomo El ocaso de los ídolos)

El 13 es un número de mala suerte


En realidad, el villano importado no era Ultrón, sino Dr. Doom, el enemigo de los 4 Fantásticos. Sin dudas un genio, pero de los que cometen errores y son derrotados bastante seguido a pesar de sus planes grandilocuentes. Es de esos villanos que al ser derrotados se amparan en el “Yo soy el ser más inteligente de la existencia y ustedes, malditos gusanos, no están preparados para mi genialidad. De hecho, no se dieron cuenta de que en realidad los derroté” Este caballero caprichoso encontró el androide y decidió fusionar las doce personalidades anteriores en una nueva, Ultrón 13. Las cosas no salieron bien y a los problemas de odio por la humanidad y Edipo que tenía el androide se le sumó la esquizofrenia. A pesar de todo, funcionó perfecto. En la etapa de Daredevil en la que salieron estos dos números, Ann Nocenti lo había sacado de New York y lo hizo deambular por el interior de los Estados Unidos. En realidad se trataba de un viaje introspectivo en el que los enfrentamientos muchas veces pasaban por descubrimientos o luchas internas más que contra los villanos de turno. De paso, esta guionista enriquecía esas historias con muchas de sus ideas progresistas y críticas al sistema. En su esquizofrenia, Ultrón meditó sobre la imperfección del ser y la esperanza de encontrar alguien perfecto. El espíritu genocida estaba, pero relegado a un segundo plano, importaba más esa cuestión filosófica de esta inteligencia artificial.

Lo curioso fue que se cruzó con un personaje que Nocenti había creado para criticar la visión de la “mujer perfecta y sumisa”, Número 9, una mujer alterada genéticamente para ser una perfecta sumisa en el cuerpo de una supermodelo. Nocenti no necesitaba decir mucho con este personaje, su mera presencia era una bofetada al machismo y a esos arquetipos sociales a los que tanto criticaba. Cuando Ultrón se cruzó con ella, la consideró perfecta por algo distinto a lo femenino. Ella, por otro lado, vio la bondad en el androide. Al fin iba a poder ser feliz sin exterminar a la humanidad, pero las voces de sus personalidades opinaban distinto y literalmente fue perdiendo la cabeza. El androide desesperado, se arrancaba cables, y partes internas en ese intento de callarlas. Incluso llegó a despegar un poco su cabeza de su cuerpo. Daredevil aprovechó esto y lo venció con un palo. Fue una historia rara para el cómic comercial, se sentía más bien como algo de autor y los dibujos de John Romita Jr. acompañaban a ese sentimiento. Su Ultrón era tosco y en cierta forma, sus trazos destilaban un aire de nostalgia e introspección que no son comunes en las series de Marvel. Nos sumergía de lleno en el sentimiento de la historia y le daba ese toque de acción que los cómics necesitan, pero eso no era lo importante. Sin dudas un cómic así no iba a funcionar como una película pochoclera. A la gente le gusta ir al cine a ver películas con más acción, grandes efectos y por supuesto, un buen 3D. Algo intimista no tiene eso. Con suerte lo introspectivo termina en uno que otro episodio de alguna serie y a la larga se termina volviendo objeto de culto.  

A Los Vengadores les costó mucho vencer a Ultrón. A Daredevil dos números y un palo. Sin contexto y sin conocer la historia, esto parece una broma de mal gusto y desvirtúa mucho a la película. Por suerte las cosas no son así y Ultrón puede hacer chistes y cantar un poco de Pinocho para darle un gusto distinto a la película. 

Comentarios