Lo último en fanzines tucumanos

05 May 2015
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Fotografía de Subcultura 2015 por Daniel Bairo F.

Pasó más de una semana desde el primer día de Sub Cultura Tucumán 2015. Este evento se diferenció de otros relacionados a la historieta por apuntar a la difusión del fanzine y animar a nuevos artistas a apostar a esta forma de publicación de historietas. Sin dudas, el salto del viernes 24 de abril al sábado 2 de mayo sirvió a sus organizadores para medir el impacto que tuvo el evento gracias al a difusión que tuvo en los medios locales. Según refiere Sergio Ledesma, uno de los organizadores, asistieron alrededor de trescientas personas, el triple de las que fueron el viernes. También se acercaron artistas interesados al stand de La Marca de Caín, el fanzine tucumano que llegó al número 10.

Los fanzines son historietas o publicaciones no profesionales, por lo general de bajo costo, el cual sirve principalmente para pagar los gastos de edición. Al ser amateurs, dejan ver el potencial de los artistas o de las obras que salen publicadas. En Tucumán, donde se está construyendo el nicho para este tipo de publicaciones, es raro poder seguir la evolución de los ilustradores y guionistas, ya que por lo general no logran ir más allá de cuatro o cinco números. En el evento la oferta de fanzines fue bastante limitada pero representativa de lo que ofrece la historieta tucumana a nivel amateur. Hay un cambio notable respecto a otros años en cuanto a la tendencia de estilo. La influencia del manga está presente, pero ya no es lo que destaca. Aún hay fanzines influenciados por este estilo como los que ofrecen Marcia Molina Lecci y Oscar Freddy Cabrera. En My dragonic life, Alien bounty hunter, ambos de acción aventura, y Des Ani Motion house, una sátira a los reality shows, hay un trazo de línea claramente influenciada por el manga, pero no es copia de un dibujante determinado, sino que se deja ver la personalidad de ambos.  Más allá del humor, que podemos encontrarlo en PapalúDoña Beba's Foods de Sejo, lo que más encontramos en estos fanzines son historietas de ciencia ficción y aventuras sobrenaturales como El averno de Belial de Aureliano Acevedo, publicado en la antología One shot, o Triad de Hernán Lobo y Tomás Díaz Bálsamo, publicado en Dinamo.

En cuanto al fanzine que se convirtió en el vedette del evento, La Marca de Caín número 10, no destaca solamente el logro de su staff de haber llegado a este número. Estos historietistas evolucionaron en varios sentidos. Desde el vamos, la calidad de impresión y encuadernación ha dado un salto enorme desde aquel modesto primer número. La edición gráfica también ha mejorado, pero donde realmente se lucen, es en ese crecimiento artístico palpable que hay en todas las historietas de esta antología. Los trazos sobre todo de Sergio Ledesma y Spitfire dejan en claro horas de dedicación al dibujo. La evolución es notable. Lamentablemente las historias fallan a nivel guión, la fuerza de las historias o los diálogos no están al nivel gráfico e incluso pecan de tener mucha carga de texto. Aun así, es notable en calidad de fanzine.

Es cierto que la calidad de las historietas de los fanzines no es profesional, pero tienen esa fuerza que les da la libertad creativa al auto editarse. Hay grandes historietistas nacionales que tuvieron sus inicios en fanzines o publicaciones independientes. Entre ellos encontramos referentes actuales del noveno arte argentino como Salvador Sanz o Ángel Mosquito. Tal vez en las páginas de los fanzines tucumanos esté dando sus primeros pasos un grande de la historieta.  

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