Snoopy y Charlie Brown

23 Nov 2014
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Cada escritor tiene sus rituales y posturas físicas para escribir.  Algunos prefieren la exposición de los bares, otros eligen los espacios cerrados  y estar envueltos por un halo de misterio. Solamente uno es capaz de escribir sentado en el techo de su casa, porque además de una cuestión literaria, hay un desafío de equilibrio. La primera oración le sale de manera natural, tanto que le encanta hacer sonar mucho la máquina de escribir para llamar la atención. Las teclas suenan y surge las palabras: “Era una noche oscura y tormentosa…” Es posible que esta sea la única frase que lleguemos a conocer de la obra literaria de Snoopy. La verdad, promete mucho, en especial si tenemos en cuenta esa imaginación tan rica que le dio su creador, Charles Schulz. A pesar de esta faceta literaria, y otras como la de aventurero, la tira nunca llevó el nombre del perro, ni tampoco se llamó Snoopy y Carlitos, como se conoció aquí. La tira se iba a llamar originalmente Li'l Folks (Amiguitos), pero por parecerse demasiado al de otra, pasó a llamarse Peanuts (Maníes) por imposición del sindicato de los historietistas de prensa. Lamentablemente este es un nombre que nunca simpatizó a su creador. 

Al principio, Snoopy se comportaba como un perro y se parecía más a un Beagle con algunos excentricismos. El protagonista indiscutido era el niño al que no le sale nada bien, Charlie Brown. A través de sus desventuras, desgracias y eterna mala suerte, Schultz nos mostró lo que le importaba desde entonces: el mundo de los adultos a través de la mente de un niño. Desde la primera tira que apareció en 1950, los chistes tenían esa simpatía que transmitían los dibujos y esa inocencia aparente que le daban las historias de Charlie Brown y sus amigos. En una genialidad creativa que se mantuvo durante las cinco décadas que duró la tira, Peanuts encerró una profundidad de contenidos notable que iba desde la amistad hasta la filosofía, con una parada obligatoria en la psicología. En este aspecto era tan rico, que otras tiras lo ilustraban a Schulz espiando consultas psicológicas para volcarlas en sus personajes, pilar fundamental de la tira. 

Mientras Snoopy piensa si la noche es oscura o tormentosa, demos un vistazo a algunos de los personajes principales. Charlie Brown tiene la peor mala suerte que jamás hayan imaginado y es posible que Schulz lo haya creado para darle una vida llena de desgracias. A pesar de todo, siempre se mostraba optimista, hasta que le daban ataques de nostalgia y terminaba en el puestito de psicóloga de Lucy Van Pelt. Ella lo retaba y las cosas terminaban peor en su cabeza. Su  hermanita, Sally Brown, parece ser adorable. Es egoísta, imaginativa y capaz de escribir las mejores composiciones literarias de la historia, aunque esto haga que su maestra enfurezca. Los hermanos Van Pelt le dieron un gusto agridulce a Charlie. Por un lado, está Linus, su mejor amigo. Es adicto a su mantita, y el gran filósofo de la tira. Por lo general, abraza su mantita y hace observaciones agudas o análisis muy inteligentes de las cosas. A su vez es un nene asustadizo, y un poco exagerado. Siempre, pero siempre encuentra seguridad en su mantita, a la que la abraza fuerte y se chupa el dedo para calmarse. Su hermana, Lucy, es mandona, gritona, enojona. Por supuesto, disfruta haciéndole la vida aún más imposible a Charlie Brown. 

Con el paso de los años, mientras Snoopy comenzó a dejar que su imaginación cambiara la tira y a su vez, fuera ganando más protagonismo, esta se tornó abstracta en el buen sentido de la palabra. De repente comenzó a tener aventuras, se hizo una suerte de aviador enfrentado a muerte al Barón Rojo y por supuesto, comenzó a escribir. También vendió uno que otro cuento. Las personalidades de Charlie Brown y sus amigos se acentuaron todavía más y Schulz se animó a darle mayor continuidad al cómic. Ya no eran chistes aislados, sino aventuras con un toque emotivo. Podía pasar cualquier cosa en esas viñetas, siempre y cuando respetasen la lógica interna de la tira.  Gracias a esto, comenzaron los años dorados del cómic y el boom comercial que se dio entre las décadas del sesenta y setenta. Los especiales para la televisión, películas y la serie animada le dieron el empujón final para conseguir su lugar entre los cómics más importantes del siglo XX, y el más influyente en cuanto a formato y diseño de personajes. Durante casi cincuenta años, Charles Schulz realizó una tira diaria de manera ininterrumpida. Así llegó a ser la obra de ficción más larga realizada por alguien, y a diferencia de muchas, tuvo un final. El 13 de Febrero del 2000, un día después de la muerte de su creador, apareció la última tira. Alguien pregunta por teléfono si está Snoopy. Charlie Brown responde “No, creo que está escribiendo” – Allí se ve una frase distinta a la que nos tiene acostumbrados, “Queridos amigos” – No se ilusionen, ya saben cómo comienzan las historias del perro. Esta es una carta de despedida y agradecimiento de Charles Schulz. En un acto de dignidad y amor por su obra en el que le da el cierre definitivo y aclara que por deseo de su familia, nadie va a continuarla. 

Snoopy y sus amigos siguen siendo éxito de ventas sin perder nunca su esencia. Van a dar su salto al 3D en el cine, pero siguen siendo los mismos. El formato se adaptó a ellos y se mofó de Charlie Brown.


Teaser tráiler de Peanuts

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