Entrevista a Bernardo Erlich

25 Oct 2014

Bernardo Erlich no se define como un humorista gráfico, sino como escritor e ilustrador. Es uno de los artistas tucumanos que ha sabido aprovechar las ventajas de internet y las redes sociales para difundir su trabajo y lograr editar en medios nacionales e internacionales. Además ha realizado las ilustraciones de los libros Más respeto que soy tu madre y El libro de la chica Sabrina.  En la actualidad trabaja de historietista en el diario El País de España y la revista Viva de Clarín.

¿Cómo se te dio por expresarte a través del dibujo?

Creo que todos los que dibujamos hemos empezado cuando éramos chicos. Fijate que la primera expresión que tenemos es el dibujo. Es necesario poder dibujar para poder escribir, porque en definitiva los caracteres son dibujos con significado.
En mi casa, mi abuela tenía una librería, entonces siempre tenía papeles y lápices. Después hubo un bache en el secundario porque fui a un colegio muy exigente: El técnico. Más adelante, cuando entré en mi primer trabajo, que fue en una agencia de publicidad, comencé de nuevo a ilustrar en los ratos libres en sobrantes de cartulina. Descubrí que estaba volviendo a hacer algo que me gustaba y que había quedado tapado. Fue mucho tiempo de dibujar y guardar cosas hasta que internet medio la posibilidad de mostrarlo, primero por medio de los blogs,  después en un  trabajo más profesional hasta hoy.

¿Cómo es tu proceso creativo y cómo interviene twitter?

A twitter lo uso de anotador. Tengo un proceso de trabajo en el que necesito conversar. En las conversaciones se me ocurre algo y digo “acá hay una punta para una futura viñeta” - Como no salgo y no soy un tipo que hago una vida social de juntarme todas las semanas con amigos, converso muy poco (Salvo con mi familia). Twitter ha venido a llenar el espacio de la conversación con gente muy interesante, como los de la revista El amante cine, o la periodista Florencia Etcheves que presentó el libro la Chica Sabrina.
De golpe descubrí que podía testear una idea y ver la respuesta que tiene. Cuando la favean y retwittean mucho, la podes dibujar y convertirla en viñeta. 

¿Por qué preferís trabajar en una sola viñeta?

El encargado de la parte digital del diario El país de España quería renovar el staff de la parte digital. Se contactó conmigo cuando hacíamos con Hernán Casciari Más respeto que soy tu madre y me ofreció la oportunidad de hacer una prueba en la sección de humor. Me dieron la posibilidad de hacer tira o viñeta. Me parecía complicado trabajar para los códigos de otro país. Ya los conocía un poco porque había vivido casi un año y medio en España, leía los diarios y consumía mucho lo que hace Forges, uno de los historietistas que admiro. Me pareció menos riesgoso hacerlo como cuadro solo que encarar una narración. Una tira me hubiese exigido personajes, y estos tienen que ser locales. Una historieta de una sola viñeta puede ser más universal.  Yo quería que los temas sean más compatibles: Costumbristas, de pareja, de animales con personalidad y qué se yo.  El cuadro era menos riesgoso para esto.  

Cambiaste este estilo en “La chica Sabrina”, que fue un paso muy grande de Twitter a Historieta

Eso realmente fue un quilombo. Me pasó lo mismo que para Los
Bertotti del weblog Más respeto que soy tu madre. Cuando comencé a dibujarlo era algo muy leído y exitoso. Tuve que hacer los personajes en base a lo que me pedía Hernán Casciari. Es muy fácil trabajar con él porque le gusta todo lo que uno hace.   En el caso de La chica Sabrina, Carolina Aguirre y Pablo Pérez Correa ya venían trabajando con el personaje en Twitter y también era un éxito, tenía ciento cincuenta mil  seguidores. A Carolina le propusieron hacer un libro, pero ella no quería hacer el típico libro de Tweets. Quería hacer algo tipo historieta. Me planteó la idea y me gustó. El trabajo gráfico fue un lío porque ya no había que mostrárselo a una sola persona, sino a dos. Llevó un proceso largo hasta que se definieron los personajes. Después hubo que definir sus actitudes, las posiciones, toda la persona y el entorno.  Las historietas fueron más laboriosas, porque había que hacer la página, el boceto, corregir el boceto, pasarlo en limpio y después pintarlo. Ellos planteaban la situación general y los diálogos. Eran bastantes detallados, pero les iba vistiendo las expresiones. Estoy acostumbrado a cosas mucho más contenidas y sutiles en el dibujo de personajes. Esto era un exteriorismo absoluto con una paleta de colores chillona. Lo de Sabrina fue pura expresión.
Me gustó como quedó la parte de historietas del libro porque me pareció algo absolutamente nuevo. Lo otro era vestir lo que los lectores ya conocían. Estoy contento con el libro.
 
Aquí podes leer un capítulo de muestra de La chica Sabrina



¿Sugeriste alguna historia para La Chica Sabrina?

Algunas cosas, como por ejemplo los loros. Al living lo ambienté con la araña de pedrería, el póster del retrato del chiquito que llora, que era algo fino entre comillas. En la tapa la ambientación también es mía. No teníamos una Pelopincho, pero teníamos todo lo demás: La parrilla es la que mi abuela tenía en el fondo. El lavadero de chapa es el que tenía mi otra abuela al igual que la latita donde cuelga la plantita, que era su patio de luz. Puse todo lo que me acordaba y podía compatibilizar con el universo de Sabrina. Ella no es pobre, es mersa. Además es muy auténtica, vive con intensidad y disfruta ese universo en el que está inmersa. Yo lo intenté hacer desde adentro, no mirándolo desde arriba, por eso estoy conforme por cómo quedó.

¿Cómo es tu experiencia en la revista Viva de Clarín y cómo fue el mal entendido con 678?


Cuando la gente de Clarín iba a renovar la revista, charlamos sobre el tipo de humor que iba a hacer. El de una revista dominical es un humor familiar, abarcador, más blando. Puede que no necesariamente más blando, pero si más abarcador al que lo pueda leer todo el mundo.  Me pidieron un tipo de dibujo elaborado. Además, lo piden con mucho tiempo de anticipación. El chiste del malentendido salió el domingo pasado. Yo lo mandé el 29 de Septiembre. Como es Clarín y hay un aparato televisivo del estado dedicado a opinar sobre el diario, me escracharon en un informe porque había un satélite en el chiste y fue como si le hubiera pegado al Arsat-1. Por un lado les agradezco, porque la gente que ve 678 probablemente no lea Clarín. Por otro lado, te direcciona la lectura hacia un lugar que ni siquiera estaba previsto.  Es todo un malentendido buscado con mala fe... Hay que tener ganas de buscar una editorial política a una revista del domingo.   Bueno, es el riesgo de la exposición que da trabajar en un medio masivo.  Después de todo, la revista Viva de Clarín es la más leída del país.

¿Pensaste en cuidarte con lo que vas a publicar después de esto?

No, porque siempre estás expuesto a que haya un tipo que entienda lo que quiera.  Me llegan tanto mails de gente que me felicita, como tipos que no les gusta porque vieron reflejado algo que ni si quiera se me pasó por la cabeza.  Así como hay gente que le gusta, hay gente a la que no. En este sentido está todo bien.

Para terminar ¿Cuándo va a salir un libro que sea solamente de Erlich?

En algún momento saldrá. Lo que pasa es que me tocó una situación extraña, que es ser más conocido en España que en Argentina. Al no vivir en España tampoco puedo gestionar un libro allá. La revista Viva me da posibilidad de que se conozca aquí lo que hago, cosa que a la larga puede traer el libro.
 

 

Comentarios