El disparatado movimiento que odia a Renoir

El movimiento odia en 2015 la obra de Pierre-Auguste Renoir, uno de los autores más significativos del Impresionismo francés de fines del siglo XIX.

10 Oct 2015
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Una integrante del movimiento ante un cuadro del pintor impresionista.

El movimiento odia en 2015 la obra de Pierre-Auguste Renoir, uno de los autores más significativos del Impresionismo francés de fines del siglo XIX.

Renoir fue un pintor francés impresionista, que en la segunda parte de su carrera se interesó por la pintura de cuerpos femeninos en paisajes, inspirados a menudo en pinturas clásicas renacentistas y barrocas. Renoir ofrece una interpretación más sensual del impresionismo, más inclinada a lo ornamental y a la belleza. No suele incidir en lo más áspero de la vida moderna, como a veces hicieron Edouard Manet o Vincent Van Gogh.

Los protagonistas del movimiento contra Renoir quieren sacar sus cuadros de las principales pinacotecas y museos del mundo, para ello manifiestan con pancartas en la vía pública. Ejemplo de ello es lo que sucedió esta semana en Boston, Estados Unidos, donde un grupo de casuales críticos de arte mostraron su postura respecto de la presencia de cuadros de Renoir en la pinacoteca de Massachusetts.

Las pancartas decían cosas como "reNOir", "Dios odia a Renoir", "¡Abajo con ellos, Renoir apesta!" o "No somos iconoclastas, Renoir apesta pintando". Así, el movimiento de estos 'haters' estéticos, esta pequeña horda de disconformes críticos de arte, considera "terrorismo estético" el hecho que en las principales salas del mundo se expongan los cuadros del pintor impresionista.

El líder del movimiento bautizado como "Renoir sucks at painting" (Renoir apesta pintando) se llama Max Geller, y dijo a The Guardian en una entrevista: "Odio a Renoir porque es el artista más sobrevalorado al este, al oeste, al norte y al sur del río Sena. Creo que en la vida real los árboles son bellos y que los globos oculares humanos transmiten fuerza emocional. Si de él dependiera, los árboles serían una colección de desagradables, serpenteantes líneas verdes y los globos oculares serían negro azabache como si hubieran sido pintados por engañabobos. En la vida real los árboles son bonitos: Renoir simplemente apesta pintando."


El movimiento ha ido ya algún paso más allá de su cuenta de Instagram. Hace poco aprovecharon el espacio de propuestas de We, The People de la Casa Blanca (ciudadanos enviando peticiones concretas al Presidente; algunas son tenidas en consideración, otras no) para solicitar que todos los cuadros de Renoir fueran desalojados de los museos norteamericanos. "Ha llegado el momento de que nosotros, como nación, reconozcamos el gran fracaso de Renoir en este sentido", afirmaban, a la hora de inspirar y transmitir fuerza emocional.

Exigir al impresionismo que 'pinte bien' es una descabellada pretensión. Protestar porque el impresionismo no refleja la verdadera apariencia de los árboles, es de una egregia estupidez. El impresionismo por definición no refleja la apariencia 'real' de las cosas. Pero que este movimiento haya tomado algo de seriedad es quizá lo más interesante del caso. Porque en nuestros tiempos, internet de por medio, cualquier clase de loco o desvariado, hipster o snob, 'artie' o 'hater' puede aglomerarse con otros y generar alguna protesta absurda que puede ser tomada con seriedad. Aunque esto ocurra en el ámbito del arte y parezca algo insignificante, también ocurre en el universo de la política.


@Cesario

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