Murió Eva Duarte de Perón, el mito no

A 63 años de su muerte, el mito de Evita sigue vivo.

26 Jul 2015
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Eva Duarte de Perón.


Eva Duarte de Perón murió el 26 de julio de 1952 a sus 33 años, víctima de cáncer. Cuando murió pesaba menos de 38 kilos. La hora de su muerte fue las 20.23, pero el genial Raúl Apold, en ese entonces Secretario de prensa de la Nación la ubicó a las 20.25, para que quedara fijada en la memoria de todos como la “hora en la que Evita pasó a la inmortalidad”. Frase que luego se convirtió en consigna propagada por todas las radios y medios de prensa del país.

El luto obligatorio por su muerte resultaba redundante, porque la figura de Evita no necesitaba de un decreto que obligara a llorarla, las multitudes simplemente la llorarían.

Moría Eva Duarte de Perón y nacía ese mito tan usufructuado y luego y atacado y mil veces relamido y repudiado por políticos, intelectuales, escritores, militares, estadistas, burócratas, demagogos elocuentes y funcionarios de toda laya. Nacía el mito de Evita.

Ese mito ha generado tantas adhesiones y polémicas, desde el cuento El Simulacro, de Jorge Luis Borges, hasta el relato Evita vive, compuesto por Néstor Prelogher en 1975, que algunos de ellos merecen nuevamente su mención.

Antes veamos lo que recoge Tomás Eloy Martínez en su Santa Evita:

"En aquellos días del golpe contra Perón, al Coronel le interesaban otras respiraciones de la realidad. La más trivial era una respiración semántica: ya nadie llamaba al ex presidente por su nombre o por su rango militar, del que pronto iba a ser degradado. El apelativo con que se lo mencionaba en los documentos oficiales era «tirano prófugo» y «dictador depuesto». A Evita se le decía «esa mujer», pero en privado le reservaban epítetos más crueles. Era la Yegua o la Potranca, lo que en el lunfardo de la época significaba puta, copera, loca. Los descamisados no rechazaron por completo la invectiva, pero dieron vuelta su sentido. Evita era para ellos la yegua madrina, la guía del rebaño."

Por otro lado, más agresivo y místico, Borges, en su cuento El simulacro, concluye que "El enlutado no era Perón y la muñeca rubia no era la mujer Eva Duarte, pero tampoco Perón era Perón ni Eva era Eva sino desconocidos o anónimos (cuyo nombre secreto y cuyo rostro verdadero ignoramos) que figuraron, para el crédulo amor de los arrabales, una crasa mitología."

Así, el mito Evita creció y fluyó durante los tiempos de la Argentina. Pasaron algunos gobiernos democráticos entre muchos años de dictaduras y proscripción del peronismo. Pero el mito seguía allí, subterráneo, como el lecho de una surgencia termal, silencioso pero siempre presente en la memoria de los argentinos.

En 1975 Néstor Perlongher, el poeta, sociólogo, antropólogo, militante trotskista, libertario, pionero en la liberación homosexual en el país, escribió el relato Evita vive, en que Evita vuelve de la muerte y se les aparece a prostitutas, travestis, drogadictos y delincuentes en las alcobas del bajo o del puerto. Esa Evita no es una aparición espectral, no es un fantasma o un espíritu, es Evita muerta, con las manchas de la metástasis en la piel, es Evita muerta que se les aparece a sus descamisados, o a sus desangelados y marginales.

El relato de Perlongher tiene una aclaración al final, donde el autor explica que el relato trata de usar en sentido literal las consignas de tipo "Evita vive" o "Evita vive en las villas" o "Evta vive en las manifestaciones populares" que se popularizaron entre los peronistas luego de su muerte.

Lo cierto es que el mito Evita, que nació con la trágica muerte de una mujer de un carácter único, de una presencia inevitable en la vida de los argentinos, de una valentía fuera de serie, sigue presente, aún hoy 63 años después. La mujer vivió 33 años, su legado 63. Con todo, resulta extraño que esa significativa diferencia entre la perduración del indivivuo y el ideal que han representado sus acciones, no sea observada hoy por la clase política actual, más precisamente por el peronismo, muchas veces falto del altruísmo (o de la invocación del altruísmo) del que el mito de Evita se construyó y aún perdura en el corazón de millones.


Más información:

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/soy/subnotas/2715-263-2012-11-27.html

El cuento de Borges https://literaturaeimaginarios.files.wordpress.com/2012/05/jorge-luis-borges-el-simulacro.pdf

El relato de Néstor Perlongher http://isites.harvard.edu/fs/docs/icb.topic1147357.files/N%C3%A9stor%20Perlongher%20-%20Evita%20vive.pdf



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