La AFA sin Grondona y luego qué...

Ante la reciente noticia del problema de salud que atravesó Julio Grondona y del cual salió, como dijera Arturo Cancela, de la forma más limpia y definitiva posible, cabe preguntarse qué pasará con la Asociación de Fútbol Argentino.

Don Julio presidió la organización durante los últimos 35 años. Trató con mandatarios de todos los colores políticos que gobernaron el país, incluso los últimos militares, con los empresarios más poderosos de los medios hegemónicos (Clarín, TyC, etc.) y administró la política interna del Fútbol del país a su gana y manera.

Antes de su presidencia en la AFA, no hubo presidente que durara más de dos años en la cabeza de la Asociación. Fue polémico en muchas ocasiones, desde su desafortunada frase según la cual: los judíos no llegan a ser árbitros de primera división en la Argentina porque el mundo del fútbol es algo difícil, trabajoso y a los judíos no les gustan las cosas difíciles hasta el escándalo en que apareciera filmado en una cámara oculta y por la cual el empresario Carlos Ávila iniciara le una denuncia por presunta"administración fraudulenta" y "lavado de dinero". Pese a aquella grave denuncia, se mantuvo en el poder de la institución soportando las críticas más diversas.

Luego del deceso del Padrino la AFA, que administra la producción del más grande entretenimiento televisivo del país (y del mejor deporte del mundo), queda bajo la batuta de quien venía siendo su vicepresidente, Luis Segura. Nada indica que la situación del fútbol cambie mucho en los próximos meses, pero quizás se inicie una transición hacia una dirigencia más democrática (por así decirlo) y con más voces y pluralidad a la hora de tomar decisiones. Al menos los clubes del Interior vislumbran otras posibilidades. Porque, si bien la estructura de toda la Organización tiene un esquema propio y, como una máquina inmensa seguirá un tiempo con la inercia de una dinámica sostenida durante 35 años, la ausencia del Padrino, a la larga, va a traer cambios, que es lo que a nuestro fútbol le hacía falta.