Cine y perspectiva de género, La Extraña Pasajera (1942)

23 Nov 2017

En una semana donde vamos a tener una nueva marcha del colectivo “Ni Una Menos”, quise convertir esta entrada en un homenaje a la lucha que realizan miles de mujeres en todo el país.

Data: El 25 de noviembre de 1960, en la República Dominicana, fueron asesinadas las tres hermanas Mirabal, activistas políticas, por órdenes del dictador Rafael Leónidas Trujillo. En 1981, se celebró en Bogotá, Colombia, el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, donde se decidió marcar el 25 de noviembre como el Día Internacional de No Violencia contra las Mujeres, en memoria de las hermanas Mirabal. En 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en la que definió el término violencia contra la mujer como: todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada.

Érase una vez…

El 31 de octubre de 1942, cuando se estrenó La Extraña Pasajera, nadie se imaginó que ésta sería material de estudio, y no solo cinematográfico, sino también desde una perspectiva de género. Hablar de género en esa época era impensado en la industria de Hollywood; es más, esta película no está concebida desde un aspecto crítico de la sociedad patriarcal que se vivía, nada más lejos. Sin embargo, las nuevas lecturas tienen algo para decir. 

Charlotte Vale (Bette Davis), una mujer de mediana edad que pertenece a una familia acomodada de Boston, vive reprimida y totalmente controlada por su dominante e insensible madre (Gladys Cooper). Gracias a la ayuda de un amable psiquiatra (Claude Rains), Charlotte consigue recuperar la autoestima y superar sus miedos.

Así de sencillo como la ven, esta película tiene 3 nominaciones a los Oscars, incluyendo mejor actriz principal, pero la trama va mucho más allá del simple análisis de superación personal. Primero, su madre, concentraba y ejercía todo el poder sobre la familia Vale, reproduciendo el modelo patriarcal, que, en fin, lo único que termina haciendo es reemplazar a su marido fallecido. Segundo, vamos a ser testigos de la liberación de Charlotte, sometida sistemáticamente a la voluntad materna, la cual marcaba cómo se tenía que vestir, comer, hablar, qué leer, inclusive usar anteojos que no necesitaba.

Una da las teorías feministas no está de acuerdo con la liberación de nuestra protagonista, porque se lleva a cabo a través de la ayuda de 3 hombres en distintas etapas. Lea Jacobs, en su ensayo "La extraña pasajera: algunos problemas de enunciación y diferencia sexual", dice: "Charlotte reclama tanto su narración como su deseo a través de los ojos de un hombre. Charlotte tiene acceso al lenguaje a través de Jerry, sus actos de habla los realiza desde la posición de él".

Pero La Extraña Pasajera tiene una segunda etapa, donde Charlotte vuelve a su casa, después de un largo viaje en barco por América Latina, donde conoce a Jerry, el amor de su vida. Éste  está casado infelizmente, condición no suficiente para concretar este gran amor. Jerry tiene una hija, Tina, la cual es marginada por su madre (la misma situación de Charlotte), y ésta decide ayudarle para que no sufra todo lo que ella tuvo que vivir. Toda esta etapa de reivindicación de los personajes, valoración personal, muestra la lucha constante contra los estándares de una sociedad cegada por las formas donde el machismo era lo imperante. Pensemos, que en los casos en que las mujeres eran empoderadas, al menos en el cine, ellas actuaban reproduciendo el modelo patriarcal.

La Estrategia

El cine feminista al principio erró su camino, porque lo único que hizo fue mostrar que las mujeres podían filmar el sexo, la violencia y el amor de la misma manera que los hombres. Lo que hicieron fue imitar el cine que ellas criticaban, cuando lo más importante para los cineastas, es ver cómo perciben la realidad cada uno de ellos, independientemente si son mujeres o varones. Otra es la lucha por un lugar donde se puedan expresar esas miradas. La discriminación por razones de sexo existe cuando, haciendo el mismo trabajo, las mujeres reciben menos salario que los hombres, la desigualdad por razones de género existe cuando son menos valorizadas las actividades de un género.

Pastora Campos en su ensayo “El Cine Feminista y el Cine de Temática Femenina” reveló que en la última medición que se hizo en el 2001, de 20.000 cineastas, solo 600 eran mujeres (un 3%). Marta Lamas resume muy bien la temática de género en su obra "Cuerpo: diferencia sexual y género", y nos dice que: "las personas no sólo somos construidas socialmente, sino que en cierta medida nos construimos a nosotras mismas".

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